UNA EXPERIENCIA RARO RARE

julio 29, 2017

UNA EXPERIENCIA RARO RARE

¡Que vivan las rarezas! Y que viva la personalidad, lo extravagante, lo diferente… como RARO RARE, una combinación de diferentes estilos que han hecho de este restaurante un lugar mágico en el centro de Madrid.

Encontrarlo no tiene ninguna pérdida, ya que está justo en frente de la boca del metro Tribunal, haciendo esquina. Es pequeño pero muy acogedor y sin duda llamativo por su decoración, llena de pequeños detalles y objetos de coleccionista que veréis por todo el local, y que merece la pena observar durante unos minutos, ¡os sorprenderá!

Y es que, el mismo nombre lo dice todo sobre el restaurante; “Raro”, por su decoración y personalidad y “Rare” por el tipo de comida que hacen, cruda o rare, que quiere decir comida poco hecha en inglés.

Esta joyita es otra de las creaciones de Carlos Moreno Fontaneda. Sí, el de las galletas. Carlos es el heredero de la familia y propietario de otros dos restaurantes en Madrid: Bar Galleta (ver post) y El Perro y la Galleta.

Antes de que vayáis, os aconsejo que echéis un vistazo a su página web, donde podéis ver todos los platos y los precios de cada uno. Os lo comento principalmente por si vais a comer con alguien que no le gusta demasiado el pescado o el marisco. Porque, como os comentaba, su cocina se basa el estilo crudo, y gran parte de sus platos utilizan estos alimentos.

De todas maneras, hay excepciones y todas son muy ricas también, por lo que, ¡qué no cunda el pánico! todos podemos disfrutar de este maravilloso restaurante, como lo hice yo con mis amigas cuando fuimos. A una de ellas no le gustaba especialmente el pescado y aun así eligió otros platos que nos encantaron.

A mí me pareció una carta con bastantes opciones y con muchas propuestas interesantes y diferentes.

Si no sabes muy bien que elegir siempre puedes pedir a los camareros que te aconsejen, que por cierto, nos dieron un servicio estupendo y nos sentimos muy bien atendidas.

Nosotras pedimos todo para compartir, y la verdad es que todo me gustó, no puedo poner ni un pequeño pero. El único quizás; que me quedé con las ganas de probar más… 😊

¡A COMER!

Para ir abriendo apetito, nos trajeron estos panecillos para mojar en una riquísima salsa de yogur.