Sándwiches con personalidad propia.
¡¡Hola de nuevo y bienvenidos a mi segundo post!!
Hoy quiero hablaros de una comida muy básica y de la que
todos echamos mano cuando no tenemos nada en la nevera; ¡los sándwiches!
Ayer estuve cenando con unas amigas en Crumb, un pequeño restaurante en el
corazón de Madrid, muy cerca de la Plaza España, exactamente en la calle Conde
Duque 8 (Metro Plaza de España)
El local es pequeñito, pero muy bonito, moderno y acogedor.
Apenas tiene capacidad para unas 20 personas, por lo que casi siempre está
lleno (nosotras nos presentamos a las 20:30h, la hora en la que abren el local,
para así asegurarnos un sitio).
Lo más mágico de Crumb es la manera artesanal de preparar
sus platos, ya que son ellos mismos los que elaboran el pan con harina
ecológica y masa madre. Luego en el restaurante te dan la opción de escoger entre
los diferentes tipos (que van variando cada día).
Como el interior también importa, Crumb nos ofrece 8
rellenos diferentes para elegir, y que hacen que un sándwich se convierta en un
plato gourmet.
Por último, solo nos falta refrescarnos, y aquí os
recomiendo la opción de probar sus cervezas artesanales.
Nosotras decidimos primero pedir unos entrantes para
compartir; un hummus con sésamo negro garrapiñado y un guacamole al punto
picante con nachos caseros. La verdad que para aquellos que os guste dipear,
estos entrantes os enamorarán (también estaba la opción del provolone al horno
de pizza con salsa de tomate casero, que me quedé con las ganas de probar)
Después de estos deliciosos entrantes para abrir estómago, llegaron los sándwiches. Nosotras pedimos dos para compartir entre cuatro, y la verdad que nos quedamos con un pelín de hambre… yo aconsejaría pedir uno para cada uno tranquilamente, el sándwich no es pequeño, pero el acompañamiento si lo es, por lo que yo creo que uno para cada uno más los entrantes es la cantidad perfecta.
Escogimos el de pollo de corral a las hiervas provenzales
con guacamole, canónigos y alioli casero ¡una delicia!, muy jugoso, con un
sabor suave y dulce.
El segundo que escogimos fue el de guiso de carrilleras
de ternera con queso de tetilla (D.O) y judía verde crujiente. Para mí, este fue
el mejor, la carrillera estaba de muerte y combinado con el queso derretido era
espectacular.
Para acompañar pedimos patatas revolconas con torreznos,
pero podéis elegir también ensalada o patata asada con boniato y alioli casero.
La verdad que me gustó mucho el sitio y estoy deseando
volver para probar otro sándwich diferente. Es una idea muy creativa de
presentar un plato, que por lo general es muy sencillo, y además darle ese valor
añadido por los ingredientes naturales y la forma artesanal de tratarlos.
En cuanto al precio está bastante bien (los platos rondan
entre los 7 € y los 11 € aproximadamente,
nosotras nos gastamos unos 13 € cada una)
Se pueden hacer reservas, así que os dejo el teléfono
para que llaméis y no os quedéis sin sitio:
915
484 129
Espero
que os haya gustado y os animéis a ir. Podéis dejar vuestro comentario o
contarme por correo vuestra experiencia.
¡Gracias!
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